En medio de los operativos para mitigar el flujo de indocumentados, el Instituto Nacional de Migración enfrenta una reestructura interna por la baja de 500 agentes acusados de corrupción.
El titular del INM, Tonatiuh Guillen, confirma que entre los agentes cesados hay quienes son investigados por su presunta colusión con redes de tráfico de personas y corrupción en los aeropuertos, donde se coluden para determinar discrecionalmente quién entra al país y quién es rechazado.
Otras conductas irregulares son cambiar sin justificación la calidad migratoria de extranjeros, cobrar dinero por expedir documentos migratorios y amenazar con operativos si no se les entrega dinero.